Del arte a la genética: Una mirada al pasado de los vegetales

Si a uno le dijeran que mediante el arte puedes trackear la historia de la domesticación de una fruta o de una verdura posiblemente a más de una persona le saldría un gesto de sorpresa o de confusión. Calma, no estás leyendo mal.

CIENCIA Y ARTE

César Powers

5/7/20223 min read

Investigadores como el genetista en plantas Ive De Smet y el historiador en arte David Vergauwen trabajan en el desarrollo de una línea del tiempo sobre la domesticación vegetal usando el arte. Empezaron esta investigación debido a que un día visitaron el Museo Estatal del Hermitage en San Petersburgo y notaron que no eran capaces de reconocer los vegetales en pinturas antiguas. Lo que, siguiendo el espíritu científico les llevó a preguntarse ¿qué era exactamente lo que las pinturas querían decirles? Tal vez y sólo tal vez, era hora de decodificar un mensaje oculto en siglos y siglos de referencias.

Pinturas como cápsulas del tiempo

Sin darnos cuenta la humanidad ha enriquecido un acervo de información particular, una especie de cápsula del tiempo visual esperando a que alguien descubra sus secretos, claro, al mismo tiempo saciando su creatividad mediante pinturas. Como Smet y Vergauwen descubrieron, los vegetales pintados en obras como el puesto de frutas o alegoría a la tierra, ambos de Frans Snyders, hasta las propias pinturas encontradas en las paredes de Egipto aportan detalles importantes sobre cómo eran las manzanas o sandías en esos tiempos, respectivamente.

Esto es muy útil porque nos permite saber detalles que desconocemos de nuestros propios alimentos. Pensando además que la fotografía, una de las herramientas más fidedignas para dicha empresa no fue inventada hasta el siglo XIX. Por ejemplo, usando esta investigación podemos saber cómo se dio el desarrollo de la tan popular zanahoria que pasó de ser una hierba silvestre a una verdura grande, naranja y pesada que usamos en el caldo de camarón o en el clásico arroz de las fondas en los mercados locales.

También podemos descubrir las plantas que se perdieron con el paso del tiempo o que se domesticaron para adoptar la forma final con la que las conocemos en la actualidad. Analizando pinturas del renacimiento, podemos echar un vistazo a las plantas como variedades de manzanas, plátanos o zanahorias que pudieron haber llegado a nuestro comedor pero se perdieron a lo largo de la historia, ya sea porque la industrialización no pudo encontrar la forma de cosecharlas de manera eficiente o porque realmente su crecimiento era lento.

Este pequeño ejemplo nos demuestra que no sólo se trata de ver arte, también se debe comparar con hechos históricos, con el propio contexto de la obra y claramente la época y lugar donde se creó. No es lo mismo el pintor que trata de representar de manera fidedigna su natal Siberia en el siglo XX que el pintor holandés haciendo naturalezas muertas con temas particulares en pleno renacimiento.

También se debe tener en cuenta que no todas las obras son útiles, como lo demuestra el trabajo de Smet y Vergauen, ya que algunas dependen del talento mismo del autor y otras, pues… algunas pinturas más cercanas a la modernidad del siglo XX pueden llegar a ser tan abstractas que los detalles se pierden. A veces el hecho de que esté un vegetal en una ubicación específica puede significar algo distinto para el autor y no sólo que existió en un determinado lugar y tiempo.

Si quieres saber más al respecto usa el hashtag #ArtGenetics en tus redes sociales favoritas o en el buscador de tu preferencia para ver fotografías de este trabajo.

Referencias 
  • https://news.artnet.com/art-world/artgenetics-1895634

  • https://www.smithsonianmag.com/smart-news/how-paintings-can-teach-us-about-evolution-food-180975381/