El ballet y la mecánica
“"El baile es un poema, en el que cada movimiento es una espada" Mata Hari
CIENCIA Y ARTE
Andrea Cabrera
11/29/202312 min read


Breve Historia del Ballet
La danza es una forma de arte que involucra movimientos rítmicos del cuerpo que van, generalmente, acompañados de música. Se remonta a las civilizaciones más antiguas y, a lo largo de la historia, se ha utilizado para distintos fines. Previo al surgimiento del lenguaje escrito, por ejemplo, era utilizada para comunicar o narrar mitos e historias. Así mismo, la danza se encontraba presente en rituales de curación y de alabanza a los dioses. Alrededor del tercer milenio a.C., en Egipto, la danza pasó a formar parte fundamental de sus ceremonias religiosas. Estos usaban la música y la danza para recrear y contar historias de sus dioses.
Grecia fue otra de las culturas donde la danza se utilizaba como forma de ritual. Existen pinturas antiguas que datan del primer milenio A.C. donde se muestran estos rituales, particularmente aquél que se presentaba al inicio de los Juegos Olímpicos de la Antigüedad. Con el paso del tiempo, la danza se fue expandiendo en todo el mundo, y múltiples religiones la adoptaron como una parte central de sus rituales. Tal es el caso de la danza hindú llamada “Bharata Nhatyam”, la cual se sigue practicando en la actualidad.




Si bien la danza ha estado presente en gran parte de la historia de la humanidad y en todo el mundo, es importante mencionar que, como arte performativo (esto es, como una manifestación artística que se presenta en un escenario), se remonta a Europa y Norteamérica. Es en este tipo de artes (también conocidas como artes escénicas) donde se incluye el ballet clásico, que es posiblemente una de las manifestaciones más famosas de la danza.
El ballet se originó en la Italia renacentista, tomando su nombre de la palabra italiana balleto, que a su vez proviene de la palabra en latín ballare, que significa bailar. Se considera que el primer ballet fue presentado en 1489, durante boda del duque de Milán. En aquél entonces, éste se practicaba solamente en espectáculos de la corte, los cuales combinaban música, poesía, canciones y danza. En estos espectáculos, en principio, eran los miembros de la corte quienes fungían como bailarines. De Italia el ballet fue llevado a Francia, donde surgió la primera academia de danza en 1661 en París, la Académie Royal de la Danse. Durante el reinado de Luis XIV fue que el ballet comenzó a codificarse y profesionalizarse, en parte por el gusto del entonces rey por esta forma de arte, quien incluso participaba como bailarín en dichas presentaciones. Éstas formaban parte de un ritual que culminaba con un gran banquete, un concierto o alguna otra sorpresa preparada por la Corte Real. En ocasiones, al final del espectáculo de ballet, se ofrecía a cada uno de los asistentes un regalo. A esta parte del ritual se le conoce como sapate.
Las presentaciones de ballet solían estar relacionadas con los momentos históricos que sucedían en aquél entonces. Por ejemplo, cuando el rey se casó con María Teresa, se creó una representación donde dos ninfas cantaban un dueto, mientras la mitad de las bailarinas portaban ropas españolas y la otra mitad francesas. Fue a partir del siglo XVI que las representaciones del ballet comenzaron a tomar mayor semejanza a las obras de teatro. Usualmente, era alguna persona importante quien tenía la idea de realizar una presentación que involucrase a este tipo de danza quien buscaba algún poeta que escribiese un libretto (donde se contaba la historia), un músico que compusiera, un pintor para realizar los escenarios a utilizar y a un “maestro del ballet” que se encargaría del montaje. Eventualmente, gracias a la duquesa de Maine, surgió el “ballet mudo” (también conocido como ballet-pantomima), que es la forma que tiene el ballet en la actualidad. En este, las historias se narran únicamente mediante los ademanes y movimientos de los bailarines, acompañados de la música cuyo tono va en acorde con la narrativa de la historia.
Alrededor de los años de 1820 a 1850, el ballet llegó a Inglaterra, dejando la exclusividad de las cortes y alcanzando los escenarios para el público en general. Este periodo se conoce como el periodo de oro del ballet, pues en esta época surgieron algunos de los ballets más famosos (aún en la actualidad), tales como Giselle, La Sílfide y Esmeralda. De igual forma, surgieron algunas de las bailarinas más reconocidas, como es el ejemplo de Marie Taglioni (nacida en Suecia en 1804), conocida principalmente por su papel protagónico en La Sílfide, papel que fue desarrollado especialmente para ella por su padre, el coreógrafo Filippo Taglioni y por ser la primera bailarina en bailar en pointe (en puntas). A partir de estos años, el ballet ha sido llevado a múltiples lugares alrededor del mundo, siendo Rusia uno de los más importantes. Es aquí donde surgieron ballets muy populares como El Lago de los Cisnes y El Cascanueces, ambos compuestos por Pyotr Ilyich Tchaikovsky, los cuales se siguen presentando en los escenarios en la actualidad.


El ballet y la física
Debido a que el ballet se ha expandido en prácticamente todo el mundo, se han originado diferentes métodos de enseñanza del ballet, siendo el método Vaganova (de origen ruso), el Ceccheti (italiano), el francés y el método Royal (de origen inglés) algunos de los más conocidos. Existen ciertas variaciones entre estos métodos en cuanto a la forma en que se practica el ballet. Sin embargo, las bases técnicas de las posiciones empleadas en este tipo de danza son siempre las mismas.
De manera (muy) general, el principio fundamental de todas las posiciones del ballet es la rotación externa de las piernas y pies del bailarín o bailarina, de tal forma que los pies formen un ángulo de 180° sobre el suelo. A partir de esto, existen cinco (en ocasiones se consideran seis) posiciones fundamentales de las cuales se derivan todos los movimientos y posturas empleados en esta danza, las cuales siguen dicho principio de rotación mencionado anteriormente.
(Las cinco posiciones básicas de los pies, Basic principles of classical ballet. Agrippina Vaganova.)
Los movimientos ejecutados en el ballet son altamente estructurados y, además, en ocasiones aparentan desafiar las leyes de la física y las constricciones impuestas por el cuerpo humano. Esto da pie a que dichos movimientos sean estudiados utilizando principios físicos, con la finalidad de entender por qué los bailarines son capaces de ejecutar movimientos que parecen ser casi imposibles. Aún sin que estos lo vean desde un punto científico, es claro que los bailarines emplean estos principios físicos a su favor. Debido a esto, encontramos que es posible aplicar la física en la danza para distintos fines. A saber, podemos utilizar la mecánica para el análisis de los movimientos del cuerpo, crear modelos cuantitativos que estudien las secuencias de movimientos empleadas en el ballet, entre otras.
Un aspecto interesante, que es el tema del presente artículo, es el uso de la mecánica clásica para entender algunos de los movimientos ejecutados en el ballet, así como los efectos que tiene la composición corporal de los bailarines en estos. Sabemos que la mecánica clásica estudia el movimiento de objetos masivos, pero cuando estos no son capaces de cambiar sus propias configuraciones. Por el contrario, los bailarines son capaces de alterar su momento de inercia, o la posición del centro de masa de su cuerpo a voluntad. Esto introduce un nuevo elemento en el análisis físico, el cual es interesante de analizar.
Las leyes de movimiento de Newton forman la base de cualquier análisis físico de la danza. De estas leyes se derivan conceptos tales como la conservación del momento lineal y angular, así como la relación entre las fuerzas y torcas y los cambios en el movimiento de un objeto. Así pues, podemos categorizar los movimientos del ballet y usar diversas técnicas para su estudio y análisis. Algunos de estos movimientos involucran principalmente movimientos verticales u horizontales del cuerpo en conjunto.
(Petit échappé, Basic principles of classical ballet. Agrippina Vaganova.)
La ilustración anterior, por ejemplo, muestra las etapas para la realización del salto mencionado anteriormente, el échappé (o petit échappé), que quiere decir “escapado”. Como se puede observar, al realizar el salto, las piernas “escapan” de la quinta posición inicial para caer en una segunda posición. Posteriormente, el bailarín vuelve a saltar de la segunda posición para volver a caer en una quinta posición. Notemos que el salto consiste únicamente en un movimiento vertical, pues es esta la única dirección en la que se produce el movimiento del bailarín al realizar el salto (el bailarín no avanza ni retrocede). En un sentido físico, este tipo de movimientos pueden ser estudiados utilizando sólo las ecuaciones de movimiento lineal en tres dimensiones.
Por otro lado, los movimientos de rotación involucran la forma en que la masa del cuerpo del bailarín se encuentra distribuida, diversos ejes de rotación y conceptos como las fuerzas y torcas que producen el movimiento rotacional del cuerpo. Un ejemplo muy sencillo de los movimientos rotacionales ejecutados en el ballet son las pirouettes, pues consisten en una rotación del cuerpo alrededor de un único eje vertical, teniendo un solo pie en el suelo. Existen muchos estilos de pirouettes pero, de manera general, todas estas comienzan con una posición de preparación (una de las cinco posiciones básicas mencionadas anteriormente) seguida de una torca ejercida contra el piso utilizando los pies. Puesto que el piso es la única fuente de fuerzas y torcas (además de la gravedad), este produce la torca que causa la aceleración angular que permite al bailarín realizar el movimiento de rotación. Una vez que el bailarín se encuentra en la posición de preparación para cada giro, este debe ejercer fuerzas horizontales opuestas con cada pie para poder aplicar la torca necesaria para realizar el giro.
(Pirouette en dehors de la cuarta posición, Basic principles of classical ballet. Agrippina Vaganova.)
Los fouettés son una serie de pirouettes continuas. En este movimiento, el cuerpo deja de rotar momentáneamente cada que termina un giro. Posterior a esto, la pierna que no se encuentra en el suelo se estira al frente y luego se rota (formando un ángulo de 90°), para después retirarse en passé cerca del cuerpo y ocasionar un siguiente giro. Al analizar este movimiento, se concluye que el momento angular de todo el cuerpo se transfiere a la pierna que rota una vez que el cuerpo se detiene. Análogamente, cuando la pierna se queda en passé, el momento angular se transfiere nuevamente al cuerpo en rotación. Así mismo, se tiene que durante el momento en que el cuerpo no está rotando, el bailarín puede restablecer su equilibrio y ejercer una pequeña cantidad de torca contra el suelo, con el fin de restablecer la pérdida de momento angular debida a la fricción del pie con el suelo. Al extender la otra pierna entre cada giro, el bailarín incrementa el momento de inercia de la pierna, de modo que puede aumentar la cantidad de momento angular para luego transferirla nuevamente al cuerpo y poder girar nuevamente.
(Secuencia de fouetté, Dance Poise)
Otro aspecto interesante de analizar en los movimientos ejecutados en el ballet son las ilusiones que los bailarines son capaces de realizar cuando bailan. En ocasiones, pareciera que estos movimientos van en contra de las leyes de la física, tal como es el caso de los tour jeté. Para describir este movimiento, consideremos un tour jeté realizado hacia la derecha. Éste consiste en un salto desde el pie derecho con la pierna izquierda estirada, lanzándose hacia el frente del cuerpo. Una vez que el bailarín está en el aire, la pierna izquierda se junta con la derecha, mientras que el cuerpo realiza un giro de 180° hacia la derecha en el aire. Durante la caída, la posición inicial de las piernas se invierte, de tal forma que la caída del salto es ahora sobre la pierna izquierda.
(Tour jeté. Physics and Dance, Kenneth Laws)
Notemos que la descripción del movimiento implica que el bailarín se levanta el suelo y realiza el giro de 180° en el aire. Este movimiento parece ir en contra de las leyes de conservación del momento angular, pues una vez que el cuerpo se encuentra en el aire no existe ninguna fuente de torca (i.e. el piso) que le permita girar. Entonces, para poder realizar este movimiento, la torca se debe ejercer antes de que el bailarín pierda contacto con el piso. Para esto, es necesario disminuir al mínimo el momento de inercia, de tal forma que se incrementa la rotación del cuerpo en la mayor medida posible. Es aquí donde toma gran importancia el posicionamiento de las demás partes del cuerpo durante la ejecución de los movimientos. En este caso, al realizar el salto los brazos se colocan por encima de la cabeza y las piernas se juntan en el aire. Esto genera una configuración lineal del cuerpo, lo que reduce el momento de inercia y, por tanto, incrementa de forma significativa la rotación del cuerpo, creando la ilusión de que éste gira 180° cuando se encuentra en el aire.
Finalmente, hemos de mencionar los efectos del tamaño de los bailarines en los movimientos que ejecutan. Por ejemplo, si consideramos a dos bailarines de distintas estaturas (asumiendo que, por lo tanto, poseen distintas masas corporales), se tendría que al ejecutar un salto el bailarín más alto requiere una mayor fuerza para saltar a la misma altura que el de menor estatura. De igual forma, los bailarines con menor masa corporal suelen ser más ágiles para la ejecución de ciertos movimientos.
Por ejemplo, los entrechats son un tipo de salto donde las piernas deben moverse varias veces en el aire durante un solo salto. Para los bailarines con menor masa este tipo de movimientos suele ser más sencillo. Así pues, los bailarines con mayor masa corporal encuentran una mayor dificultad en realizar movimientos muy rápidos, los cuales resultan más sencillos para los bailarines son menor masa. Por otra parte, el momento de inercia suele ser mayor en los bailarines con mayor masa, lo que les proporciona cierta ventaja en la ejecución de movimientos más lentos.
(Entrechats six)






La tradición del ballet y el análisis científico
Existe un sector en el ámbito de la danza clásica que considera inapropiado el introducir el análisis científico al arte, pues desde su punto de vista el arte y la ciencia deberían ser ajenos, y éste debería ser estudiado desde una perspectiva meramente estética. Sin embargo, de cierta manera resulta ventajoso el conocer los principios mediante los cuales es posible ejecutar ciertos movimientos presentes en el ballet. Para los bailarines, por ejemplo, el tener una idea de cómo es que ciertos cambios en el posicionamiento del cuerpo pueden mejorar (o empeorar) sus pirouettes o sus saltos claramente representa un beneficio para ellos. Así mismo, proporciona un mejor entendimiento del porqué de ciertas bases presentes en este tipo de danza. Por ejemplo, la necesidad del dehors en las piernas: es decir, el que éstas deban estar siempre rotadas hacia afuera, aun cuando esto es una posición antinatural para el cuerpo humano.
A pesar de lo anterior, el análisis físico del ballet en su conjunto resulta ser un tema bastante interesante, tanto para el bailarín como para el espectador. A pesar del argumento en contra del uso de los principios físicos para tener un mejor entendimiento de esta forma de danza, los bailarines pueden sacar provecho del entendimiento de dichos principios. Uno de los aspectos más importantes para que un bailarín pueda realizar de manera exitosa y mejorar sus movimientos es el entendimiento de su propio cuerpo y el aprovechamiento del mismo. Al ser consciente de cómo ciertas características de su fisionomía, tales como la estatura, el largo de las piernas o los brazos, pueden proporcionarle cierta ventaja (o desventaja) para la realización de un movimiento en particular, puede también explotar de mejor manera su danza. Así pues, es claro que la aplicación de los principios mecánicos en este arte trae consigo bastantes ventajas para los bailarines y, de igual manera, puede resultar interesante para el espectador entender cómo es que el cuerpo humano es capaz de realizar estos movimientos que, a veces, parecen desafiar las leyes del movimiento.
Referencias
Agrippina, Vaganova. Basic principles of classical ballet. Dover Publications, 1946.
dhwty. “Displaying Sophistication with Masks and Curtsies: The Early History of Ballet”. Text. Ancient Origins Reconstructing the story of humanity’s past. Ancient Origins, el 20 de febrero de 2016. https://www.ancient-origins.net/history-ancient-traditions/displaying-sophistication-masks-and-curtsies-early-history-ballet-005384.
“History of Dance - From Ancient Rituals to Modern Dances”. Consultado el 14 de junio de 2023. http://www.dancefacts.net/dance-history/history-of-dance/.
https://www.facebook.com/kendall.terashima. “Marie Taglioni: The First Sylph”, el 23 de abril de 2021. https://www.balletherald.com/marie-taglioni-the-first-sylph/.
Laws, Kenneth. “Physics and Dance: How do familiar principles of physics explain some of the striking movements we see dancers perform?” American Scientist 73, núm. 5 (1985): 426–31.
mlblevins. “Ballet Dance Moves”. Dance Poise (blog), el 9 de febrero de 2010. https://dancepoise.com/ballet-dance-moves.
Otria. English: Illustration for the training of ballet movement «Entrechat - six». el 23 de abril de 2011. Own work My library collection. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Entrechat_six.jpg.
